Vida

¿Cuántas veces somos capaces de tirar la toalla en una vida? 

No nos aplasta el peso del vacío de este mundo, ni las piedras afiladas de la injusticia. 

No nos derriba el huracán que genera una ruptura. No nos tumba el juego de ajedrez egoísta y caprichoso con el que se divierte el suceso imprevisto. 

No nos mata ver cómo un camarada es enterrado a unos metros bajo el suelo y a miles de metros bajo nuestra alma. 

No nos duelen las heridas que dejan las desilusiones. 

No dejamos de dormir porque se rompan nuestros sueños, tenemos tanta imaginación que por muchos sueños que se rompan, siempre sabremos arreglarlos. No tenemos miedo a la oscuridad, ni si quiera a la falsa luz. 

Nuestra mente ¡esa es la clave de todo! Nuestro cerebro, aquel ser que culpa al corazón de todos sus errores y deja sin aire a los pulmones. Es lo único que puede atormentarnos en esta vida, pues no hay nada, absolutamente nada más peligroso que una mente que envenena a su portador. 

Por eso debes entrar ahí y agotar ese pozo de veneno hasta dejarlo seco, hasta que la tierra misma no recuerde qué la mojaba. Es hora de ser tú quien te salves a ti mismo, es hora de ser tu propio héroe, tu mente te necesita, escúchala de vez en cuando y sólo así podrás obtener el derecho a reparar otras mentes, a resolver el misterio que encierran ciertas personas, resolver sus puzles y tal vez ganar el premio más poderoso de un mundo que te aísla, algo que ansía todo hombre y mujer, algo que no puede faltar en tu vida. Un verdadero amigo.

Firmado Cuervo Blanco