Osadía

El lenguaje de las miradas, tan complejo y tan real... Dicen que con una mirada, una persona es capaz de enamorar a otra, y es verdad, existe un previo flechazo, pero cuando una persona te mira el alma, a eso no se le puede llamar flechazo, eso es un gran disparo. Cuando dos personas se miran de esa manera, da igual que estén a treinta metros, se genera entonces un campo de atracción, que hace que los dos individuos se acerquen, es como un campo de vacío, que se encuentra en medio de esa mirada, y los arrastra hacia ese punto. Hay miles de tipos de miradas pero aquellas que requieren algo de ti, pocas, la mirada de un padre a su hijo, lo orgulloso que está de el, la mirada de aquella chica que tanto te gusta, todo eso requiere amor de una de las partes, es una mirada de las que pocos se percatan hasta que entonces... ocurre.
Lo llamo miradas invisibles, te llenan de miradas, y ni siquiera te das cuenta, orgullo, amor, paz, impresión... Pero ahí estaba yo, en un bar cualquiera tomando algo con los míos, y entonces sucede, a lo lejos me miraba, clavando sus ojos en los míos, parecía que jugáramos a ver quién tardaba más en apartar la mirada, pasaron dos minutos y parecía que hubieran pasados dos horas. Entonces decides apartar la mirada, sigues con los tuyos, hablando, pero por dentro sientes algo, como si algo se hubiera metido dentro y lo hubiera removido todo, sintiendo un leve tirón el el corazón, como su quisieran haberlo arrancado y robado. Y la mira, y te mira, el lenguaje de las miradas en estado puro, daba igual a que minuto, cuando me miraba, sabía que lo estaba haciendo. Curioso ¿verdad? Pero el miedo, el miedo a los desconocido no está en ese punto medio, no... el miedo se aloja en ambos polos, haciendo que nunca se puedan tocar, nunca... Tal vez pase algo parecido a la luna y el sol, saben que si se tocan pueden destruirse, pueden destruir a los demás, condenados a vivir una esclavitud constante, cuando ella entra, él se va, siempre fue así, con todo el poder que tienen nunca pudieron desafiar a la física, el miedo y la responsabilidad, les mantiene alejados, ambos polos, ambos miedos, eternamente.
¿Cuántas veces sentimos esos flechazos a lo largo del día? En el autobús, en el tren, en el metro, andando por la calle, en un centro comercial, en una salida con tus amigos, en el gimnasio, en el trabajo, ¿cuántas veces? Pero solo tú sabes que solamente una será la de verdad, aquella que rompa el miedo, dejándose arrastrar por el vacío desconocido, un mundo hecho a partir de sus mundos interiores. No es amor, es un lenguaje, una atracción, simplemente una mirada más, una persona que sabe mirar dentro de ti, haciéndote sentir desorientado, pero vuelves a colocar los muebles de tu alma y sigues adelante, no frenas por nadie. El amor aparece, cuando los dos se juntan en ese punto, descubriendo ese mundo, amando tanto lo negativo como lo positivo, los defectos y virtudes, un mundo que les hace viajar hasta casi el fin de su existencia, se ven tan mayores y fatigados, pero se  miran como se miraban antaño. Agarrados de la mano, dispuestos amarse en este mundo en ruinas. Aunque ya no son jóvenes y hermosos, se aman de verdad, cuando trasladas a esa persona, cuando la haces viajar contigo en el tiempo, y la visualizas allí, mirándote, entonces llámalo amor.
Intentan remover dentro de mí, buscando algo de lo que tirar, buscando el corazón, pero hace tiempo que está blindado, por mucho que busquen se chocarán con una masa de adamantio que no penetrarán. Soy libre, y así me siento, ni cadenas, ni ataduras, nada me retiene en ningún lugar, hacer y deshacer, crear y destruir, decidí ser así, mi libertad, mi mundo.
Pero espero, espero sin prisa, sin pensarlo, como si esa opción no existiera, la opción de encontrarte, hasta que su valentía y el desafío sean capaces de meterse dentro de mí y destruirlo todo, porque ten claro que la única manera de amarte es destruirme, pues este blindaje carece de cerraduras y puntos débiles. Decidí volar, surcar los mares, los cielos, continúo en esta montaña dando vueltas en círculos, pero mi camino acaba de empezar, este viaje empieza aquí y ahora. La libertad empieza cuando sobrevuelas el límite de tus posibilidades, y así me encuentro, buscando ese límite que me haga libre para siempre.


Fdo. Cuervo Blanco



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