Eonofobia

Hay debilidades de las que uno no puede escapar, al fin y al cabo sólo somos humanos, no somos perfectos y tenemos miedos. Hay noches en las que me pongo a pensar en ellos, intentando encontrar respuestas, pero lo único que encuentro es un vacío espacio-temporal que me atraviesa y me parte en dos. Mi talón de aquiles, mi miedo, es la eternidad. Hay noches en que me imagino siendo eterno pero siempre hay una imagen en mi cabeza. Me levanto en medio de una pradera preciosa, flores que brillan por su hermosura, una bruma muy suave que ameniza aquella situación. Cerca mía hay una casa de madera con un gran árbol en su parte izquierda, preciosa, parece una de esas casas que tanto deseábamos, de esas casas que vimos en las revistas. Sonrío como nunca antes lo había hecho, sonrío porque he llegado a la meta, hemos luchado tanto tiempo por esta vida, alejada del mal, alejada del egoísmo, de la muerte, del hambre, de la pena, alejada de la guerra y el poder, alejada de la maldad. Una tierra perfecta, donde un niño puede jugar con una cobra, montar a lomos de un león, acariciar un  lobo, o bucear al lado de un tiburón blanco. Todo es perfecto, junto a los que resistieron el final de todo, quedamos unos pocos, pero no importa, somos felices pues el pasado no se volverá a repetir.
En ese momento miro a lo lejos, y diviso un gran túnel oscuro, lleno de incertidumbre y miedo, un túnel que sólo yo puedo ver. Todo se me nubla en la cabeza y un miedo terrorífico invade todo mi ser, siento como se va llenando, tan fugaz como aquella imagen tan perfecta que empieza a fugarse de mi cabeza. Cada noche me preguntaba ¿Qué es aquello capaz de borrar esa imagen de felicidad en un segundo, capaz de invadir todo mi ser como si de un virus letal se tratase, capaz de congelar mis huesos? Era miedo, claro que era miedo, pero miedo ¿a qué? Con el tiempo descubrí que aquel túnel era el tiempo, y la oscuridad que había en su interior era la eternidad. Miedo a ser eterno, o comúnmente llamado, "Eonofobia". No sabría como explicarlo, pero es algo que me asusta, el hecho de ser eterno, lo deseo, deseo ser eterno, pero me asusta esa idea, la idea de que no haya un fin. Mi cabeza no está preparada para pensar en eso, pues es algo que sólo una mente capaz de crear vida puede plantear. Aquel miedo a una vida sin fin, me intimida, tal vez porque estamos acostumbrados a un principio y a un final determinados. Porque si os dais cuenta, en este mundo, todo que tengas algún día se acabará, se irá, marchitará. Sólo somos humanos con principios y finales, humanos con fecha de caducidad.
Esto que siento, es una mezcla de emoción, alegría, deseo y miedo, miedo a lo desconocido. Vivo con un reloj en mi cabeza haciendo tic-tac, tic-tac, pendiente de cada segundo, mi triunfo, mi frustración. Mi gran talón de Aquiles es el tiempo, algo que a veces me pasa por encima y otras veces echa a volar. A veces las grandes recompensas dan miedo, aquello desconocido asusta, las acciones maravillosas intimidan, pero no descansaremos hasta lograr el premio, nada ni nadie será capaz de hundirnos. Por mucho miedo que tengamos no bajaremos la guardia pues ningún temor nos quitará las fuerzas, andamos y luchamos en fango, humanos contra miedos, nuestra virtud, nuestro talón de Aquiles.


Fdo. Cuervo Blanco




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