Diario Z

El tiempo perdido jamás se recupera, el tiempo perdido jamás se recupera, el tiempo perdido jamás se recupera...

Día y noche esa frase se repite en mi cabeza, la golpea con fuerza, espabila ¡vamos! Ojalá se pudiera viajar al pasado, retroceder las manecillas del reloj, pero no, no es posible, el tiempo es un ser que no da segundas oportunidades a nadie, ni rico ni pobre, neutro. Lo único que podemos hacer con el tiempo es aprender de él, ya sea del pasado, del presente y del futuro, somos motas de polvo en un gran reloj, y sólo nosotros decidimos en que aguja debemos estar.
Contaré una historia, quién sabe si es real o una vez más, una invención de un lunático, qué más da, creo haber perdido la percepción de lo que es real y de lo que no. Adelante pues...

Mi nombre es Zahra, era una chica feliz, mi familia estaba unida, era una niña risueña, inocente, no voy a parar en cada una de las etapas de mi vida, no tengo tiempo para eso, fue algo maravilloso pero hubiera preferido no haberlo tenido nunca, pues no lo echaría en falta ¿no?
Mi vida es un auténtico terremoto, veo los recuerdos como simples fotografías, fotografías quemadas en el suelo, una especie de Pompeya en mis sentimientos, algo que está hueco por dentro. No puedo controlar yo sola este tornado, no puedo...
Siento que voy contracorriente incluso de los que me dijeron "sé diferente", tanto esfuerzo, tanto luchar ¿para qué? Busco algo que me salve, pero cuando lo encuentro, es como abrazar una figura de aire, me caigo, me hago daño, y desconfío de las demás sombras que aparecen en este día nublado.
Todo empezó cuando mis padres se separaron, no sabría como expresarlo, creo que hasta la misma muerte tiene solución, por eso haya consuelo, pero ¿el amor? ¿Qué consuelo tiene algo que jamás se puede recuperara? ¿Qué consuelo tiene algo que es capaz de matar a la muerte?
Ahí estaba yo, en medio, como una muñeca de trapo, una semana allí y otra aquí, sin saber qué hacer, siendo tan inocente de pensar que todo se arreglaría, que Papá se ha ido a trabajar a otra zona y por eso estamos así. En el colegio se burlaban de mi, "¿Qué has hecho estas vacaciones con tus padres Zahra? Ah no..." Escuchaba las risas de una hienas, ¿qué clase de animales enseñan a su hijo a comportarse así? Los odiaba, odiaba todo lo que tenía a mi alrededor, entonces mi madre decidió por alguna extraña razón que aún no entendía, mudarnos lejos de allí, desaparecer del mapa, y lo hicimos. Volamos tan lejos, que la luna iluminaba diferente las noches. Un antes y un después, nadie volvería a meterse conmigo, entonces me puse una máscara, una máscara que inhibiera mis sentimientos de cara a los demás. Así me gané la reputación, partes, expulsiones, peleas, sabía que esa no era la manera, sabía que debía de tener cuidado con esa "máscara" pero sé tantas cosas y hago tan pocas, soy una chica salvaje, "indócil" como me dijo el director una vez.
Ya no era risueña, ni inocente, sabía bien a que jugaba, pero era salir de ese ambiente y me quitaba la careta, costaba pero amaba mucho a mi madre y no podía tratarla igual, o eso pensaba yo...
Mis amistades empezaron a fallarme, a traicionarme, no entendía cuál era la razón, pues con ellos era como esa chica risueña e inocente, una tras otra empezaron a hablar mal de mi a mis espaldas, envidias, intereses, acabé harta de todo eso, tal vez debería cambiar y no ser inocente con nadie, ser más dura, más fuerte... Pero conocí a un chico, la verdad se portaba conmigo como nadie lo había hecho, le interesaba de verdad, se convirtió en mi amigo, hablábamos, nos metíamos el uno con el otro, a pesar de mi delgadez debido a mi estrés, él estuvo encima mía, para que viera que no todo está perdido, que hay una salida. Entonces volví a abrir mi corazón a una persona, pero me falló, eramos simplemente amigos, tal vez tenía muchas cosas en la cabeza, quería conocer más gente, quién sabe lo que se le pasaría por la cabeza, el caso que de la noche a la mañana dejó de hablarme para ¿siempre?
Dos años después, me habló, yo había cambiado mucho pues todo estaba descolocado, no veía salida, y tengo la sensación de que siempre aparece cuando todo está perdido, para levantarme, era como si tuviera el poder de aparecer cuando más lo necesito. Le respondí tarde y mal, quería hablar con él, pero le odiaba, me había dejado tirada, y ahora qué quieres le dije. Se disculpó, me pidió perdón por estos años, no sabía que le pasaba por la cabeza para volver, desconfiaba mucho de él, de todo el mundo en general. Sabía que él tenía un corazón noble, pero tenía miedo, miedo a enfrentarse con algo que le destruya, me tenía miedo, veía en mis ojos un caos que tal vez él no podría controlar.
Estuvo muy pendiente de mi, y lo sigue estando, pero las circunstancias han cambiado, protejo a mi madre de mi padre, una persona cruel y arrogante, trabajo duro para sacar lo que queda de familia adelante, estudio para ayudar alas personas, curar las heridas que la vida les hace. Él sigue pendiente, esperando, como si me debiera algo por esos años, quiere recompensarme por lo que me hizo, pero por muchas veces que se lo diga, no entiende que no me debe nada. Tan noble y cabezota, tierno ¿verdad? En mi fango constante el se ha metido aquí conmigo, con una cuerda atada a un robusto árbol, él no es la salvación, pero trae consigo la vida, está esperando, espera a que deje de resbalarme de sus manos, espera a que me calme, para poder salir de aquí.
No es amor, es amistad, no ha venido a por mi, ha venido por mi vida, porque una vez dijo que siempre estaría ahí, justo en el momento que más le necesitara, que jamás se iría, y que me cuidaría siempre pase lo que pase.
Lo iba a dejar todo le dije, y como un león se abalanza sobre su presa, el ahuyentó el miedo que me rodeaba, estuvimos hablando de todo esto muchas horas, no quería ser pesada, aunque sé que él es capaz de cargarse a la espalda los problemas de cien civilizaciones. Lo más curioso es que no sé nada de él, creo que ni yo ni nadie, nadie es capaz de conocerle, porque justo cuando alguien empieza a conocerle, huye... Dime ¿Quién eres en realidad? ¿Qué escondes en tu fortaleza? Representas libertad, eres naturaleza, no sé donde estás, pero sé que estás, desde lo más alto, ahí estás, vigilando, protegiéndome, y cuando esté en peligro, aparecerás de nuevo, entonces aquí estaré.


Vuela libre querido cuervo. 

...



Firmado Cuervo Blanco
















Comentarios

Entradas populares