Subconsciente
Un día soleado, la luz penetra por la ventana, una luz blanca
que me despierta, ella duerme tranquila a mi lado, sin miedo, sin preocupación,
la paz se expande por la habitación, parece que casi puedes tocarla. Acaricias
su espalda tan lisa y blanca, en ese momento piensas, ojalá fuera eterno, ojalá
el mundo se pare menos en esta habitación. Una brisa cálida entra por la
ventana descubierta, eso hace que se despierte, lentamente abre los ojos, y
puse la misma cara que Dios al poner en funcionamiento el mundo, el momento en
que acaba su obra y le da al “play”, esa cara de orgullo y de emoción, cuando
llevas tiempo luchando y creando algo tan complejo, cuando le das vida a ese
mundo, esa fue mi cara, abrió los ojos, y mi mundo despertó, mi vida, notaba
cada latido de corazón, fuerte como si cada latido fuera un golpe de martillo.
Cuando abrió los ojos, me ve mirándola, y muestra una media sonrisa, adoro ese
momento, sé que habrá malos momentos, pero ese en especial era único, y cada
mala racha que tengamos, siempre recordaremos ese día, volveremos a un origen
en nuestra cabeza, un origen común, y recordaremos lo jóvenes que éramos, todo
lo que hemos pasado juntos y lo que nos queda, a pesar de que ya somos mayores,
de que nuestra piel se agrieta cada vez más, como un jarrón a punto de partirse
en mil pedazos, seguimos besándonos, seguimos despertando todas las mañanas
como aquella mañana, tal vez nuestro cuerpo delate la edad, pero nuestra mente
sigue en ese espacio tiempo anclada, somos jóvenes dispuestos a comernos el
mundo, y nada ni nadie podrá pararnos. Entonces… El jarrón se rompe, en mil
pedazos, y… despierto, despierto de un sueño, otro de los miles que soy capaz
de recordar.
¿Hasta cuándo vas a seguir así? Rechazas lo obvio, la quieres
a morir pero algo te lo impide, algo que te ha controlado durante largo tiempo.
Dices que amas, pero la realidad es que por dentro muerdes el corazón para
callarlo, sufres, sufres mucho, pero tiene que ser así, necesitas tiempo, lo
entiendo, pero… ¿Qué hará que cambies de idea? ¿Qué botón activará el
mecanismo? Te niegas a amar por miedo, por miedo al futuro al presente y al
pasado, quieres ser feliz pero… ¿Y si algo va mal, si algo se tuerce? Temes
perderte algo, perderte vivencias que sólo se pueden vivir una vez y es sin
ella, con tu gente, es cierto, pero es una excusa más. El futuro, el dichoso
futuro siempre te ha preocupado, lo pasas mal por ello, dices que hay que vivir
día a día pero lo dices pensando en el mañana.
Sabes que es ella, algo te lo dice, pero por dentro dudas,
estás lleno de pesadas dudas, y lo peor de todo, sabes que ella es la llave que
abrirá la caja de tus sueños, nadie ha podido pero sabes con firmeza que todo
lo que sueñas está en ella y con ella, que solamente pensarla y ya ríes, la
miras y eres feliz, y cada vez te demuestra algo más de su mundo, imaginación,
esfuerzo, sacrificio, amabilidad, felicidad contagiosa… Una verdadera amiga eso
es lo que es, y quieres que siga siendo así. “Cállate y no la cagues” te repites
día a día, cada noche sin dormir, cada mañana sin querer despertarte.
Tienes tantos sueños hijo, que te pasas la vida soñando, en
tu burbuja, pero se pasa la vida y ninguno de ellos se ha hecho realidad, se
pasa sin que te des cuenta, sin salir de ahí, esquivando su mirada, esquivando
cualquier tipo de proyectil que te delate, es tan duro callar y esquivar, como
el que no siente nada, ser tan cruel contigo mismo, llevar toda esa carga a tus
espaldas y que nadie se dé cuenta, que todos te vean tan normal. Es tan difícil
verla y apretar tan fuerte los dientes para que el corazón no salga por la
boca… Ella es todo lo que tu deseas ser, con la diferencia de que ella una vez
soñó y se despertó para hacerlo realidad, tu sueñas y sigues durmiendo en vida.
-¿Dudas?
-¿Y si no es ella?
-Una vez me dijeron que el amor verdadero es fácil de
analizar. Basta con saber que quieres en la vida, saber cuáles son tus metas,
tus proyectos, que en tus momentos de paz, ella aparezca en tu mente. Analízate
y si ella aparece en todos ellos, esa es la persona, sin duda.
La amas pero el miedo que sientes se apodera de ti, temes a
que te rechace y que todo cambie, entonces uno se olvide del otro y aquellos
tiempos dorados, se marchiten como un árbol seco. Tu corazón ya no puede
soportar tal cosa, quieres ser libre, quieres volar, pero una cadena te ata a
tierra firme, pero te da igual, con todas tu fuerzas intentas romper la cadena,
y das aleteos cada vez más fuertes, te duele pero sigues, y si alguien te ve,
disimulas, te escondes, por lo que sólo se ve la cadena, y no el que la lleva.
Seguirás callando y aguantando, seguirás intentando romper la cadena, tu
secreto residirá en ti, y nadie más lo sabrá, es tu carga, tu dura carga, amar
sin querer amar, volar sin poder volar. Tienes dos opciones ceder ante la cadena,
o romperla, tu sueño decidirá que harás, pero despierta. Si la amas ve por
ella, ámala como jamás un hombre llegue amar a una mujer. Si decides seguir
adelante, serás de los pocos capaces de controlar a su corazón, dominarlo,
hacer y deshacer cuando quieras, crear sentimientos a raíz de tu propio
conocimiento y no por impulsos. Decídete pero si sueñas, sueña para mañana
despertar.
Fdo. Cuervo Blanco
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