Máscaras con sueños

Devoradora de almas, Ladrona de sueños, acaparadora de mundos... Muchos son tus nombres pero ¿qué eres?

No es posible que esto esté ocurriendo, pero... ¿qué me has hecho? Has agujereado mi muro, mi gran muralla hecha de la carne muerta de mis cicatrices.

¿Quién eres? A veces pienso que eres ansiedad, otras la muerte en una funda bella y preciosa. Pero nada de eso, creo saber cómo te llamas, cuál es tu color favorito, qué música te gusta más, cómo te imaginas un futuro. Sé quién eres, desde que te vi, desde que te vi perdida entre esa gran masa de gente la cuál solo le importa su propio andar. Te vi a lo lejos y brillaste por encima de las demás personas. Lo que no entiendo por que resaltaste por encima de los demás, no tú, tu mirada, era como si quisiera contar una historia. Pero si tú eres cazadora de sueños, yo soy cazador de miradas, sé cómo es una persona con solo mirarla, y hay personas en este mundo que brillan, sólo que los demás se han olvidado de mirar a los ojos, ya que viven pendientes de un reflejo de sí mismos.

Muchas personas han intentado destruir este muro, he sentido amor, amor real, pero mi mente expulsa toda clase de amor, protege al corazón que se ha convertido en una gran cicatriz, una brecha más y... tal vez la infección subiera a la mente y jamás volvería a ser lo que un día fui.

Pero tú has reventado todo, has entrado, me has abierto en canal, has aporreado este muro hasta destruirlo y has agarrado mi corazón, tan fuerte que duele, tan fuerte que mis pulmones se llenan de lágrimas, tan fuerte que mi cerebro llora, tan fuerte que por fin, por fin, vuelve a latir, tan fuerte que acabas de despertarme de un sueño del que un día pensé que jamás volvería a despertar.

Entonces despierto y no estás, miro a mi alrededor y cada segundo que pasa borra un recuerdo forjado en la oscuridad de la noche y en la imaginación infinita de los sueños. 



Firmado Cuervo Blanco.

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