Ojos que no [se] ven, corazón que no siente

El principio de una historia siempre es lo peor, ¿como conviertes los sentimientos en palabras bien ordenadas cuando tu cabeza es como una piscina de bolas y cada bola un sentimiento, una razón, una idea...? 
Lo mejor será empezar por aquella noche, tú, yo y mi falta de valentía. Recuerdo que una vez un amigo me dijo que si quería conocer a alguien de verdad la alejara del bullicio y la llevara a un lugar seguro y tranquilo, un lugar donde mirar boca arriba las estrellas y el suspirar de un momento único. Te aseguro que me lo creí, te conocí un poco más, pero me faltó valentía para que en ese preciso instante te dijera que no había visto unos ojos tan increíbles, que me da igual lo que representen para otros, pero en ese momento no podía apartar mi mirada de tus ojos, a pesar de que mirar fijamente es para mi como una montaña rusa, cuanto más tiempo más emoción, y así fue, cuanto más permanecía mi mirada más rápido latía mi corazón hasta el punto de estabilizarse, hasta el punto de encontrar un refugio en tus ojos. 
Pero no pude decirte nada, ¿demasiado pronto? ¿demasiado arriesgado? Qué se yo... Tal vez sería la única oportunidad que tuve, porque tal vez no sea fácil llegar a ti, porque siempre la vergüenza rompió posibles grandes historias, la poca confianza, el miedo... 
Escribo esto porque no quiero amarte, no quiero desearte cada minuto de mi vida, no quiero lamentarme por lo que no hice, vengo a destruir tu nombre de mi cabeza, si es que acaso se puede. Aprendimos a controlar al corazón, pero el corazón es una bestia salvaje, por mucho que se eduque tarde o temprano obedecerá a su instinto. Así es, vivimos por impulsos pero ¿siempre tiene la razón el corazón? Recuerda cuántas veces el corazón nos pasó malas jugadas, porque le brindamos un cerebro a un órgano con afán de protagonismo. 
Las pesadillas son constantes debido a una lucha entre el cerebro, entre quién escribe esto y su corazón, con un punto muerto localizado en la garganta, paralizado y seco. 
No puedo amarte, no quiero hacerlo, pero estás cada noche castigándome en mis sueños, te vas, vuelves, te rescato, me rescatas, y no puedo estar así, me voy a volver loco, dicen que no se puede luchar contra lo que sientes, y es cierto, porque no quiero quererte, pero tal vez te ame más que a nada en mi vida, que seas mi bandera blanca que da paz a esta guerra, pero no estoy preparado para esa paz, todavía no, así que prepárate para la guerra porque no me rendiré, si tengo pesadillas entraré dentro, tomaré el control pues en ese momento, el de los sueños, jugamos en nuestro campo. 
Llámame imbécil, pardillo, pringado, pero el amor es algo serio, no son besos, no son caricias, ni practicarlo, el amor son hechos, son sacrificios, perder algo para ganar algo, son palabras, promesas hechas realidad, porque las tres primeras son superficiales pero el amor es aquello que es capaz de acariciar la piel del alma, besar el corazón, compartir el aire de sus pulmones, eso es amor. 
Tiempo es lo que necesito, porque no se efectuará solamente una guerra, mientras la mente lucha con el corazón, unos infiltrados a sus espaldas harán explotar ese muro de miedos, ese sentimiento de amor es igual a una jaula con barrotes de huesos con olor a "pudo ser pero no" y restos de miradas escondidas. 
Tal vez la guerra la gane la mente, los muros caigan y tu sigas ahí, tal vez sea valiente después de todo y te diga lo que siento si sigo sintiendo, si el tiempo da la razón al corazón o a la mente pues no hay juez mas justo que el tiempo sin fecha de caducidad, llamado paciencia. 
Y aquí estoy, una noche más mirando al techo sin poder dormir, con mil dudas, con mil caminos que elegir, pero una frase corona esta cima de incertidumbre, "Hasta la vista". 



Firmado Cuervo Blanco

Comentarios

Entradas populares