Plumas negras (Parte 1)

No siento nada, no vivo cada palabra, algo me falta pero no sé cómo recuperarlo. La música actúa como desfibrilador, intentando resucitar a un corazón ausente, ¡Despierta! Ni frío ni calor, he extraviado mis sentimientos, algo falló. Ni dolor ni placer, mi contador de pulsaciones está bajo cero, tal vez la oscuridad tenebrosa debe haber empapado mi alma de chapapote vitalicio.
Hace mucho tiempo que como y no siento como me atraviesa. Hace mucho que el invierno no enfría mis huesos, el sol no calienta mi nuca, las fieras temen mi rostro, cada paso que doy no deja huella en el barro y amar... Un corazón dormido sólo obedece la voz de su amor, tal vez su amo esté dormido, o tal vez aquellas pesadillas con las que fantaseó se hubieran hecho realidad, la huida de un alma...
No tengo miedo, pues ¿cómo puede temer un hombre cuya sombra está oculta en sus ojos? 
Cada noche, una pluma negra aparece en mi cama, con un rastro de... sangre como si me la hubieran arrancado de mi espalda, una sangre muy oscura y muy espesa. La oscuridad es mi camuflaje, no era un ser malo, no, era un chico normal y corriente, con esperanza y voluntad, un chico con valentía y mucha, mucha ilusión, hasta aquel día... 19 de Diciembre de 2039, mi nombre es, lo cierto que no recuerdo cuando fue la última vez que pronunciaron mi nombre. 
Cuando todo se pone del revés y la salida se cierra ante ti, existen otras salidas, has de hallarlas en lo más lúgubre pues no están iluminadas, es arriesgado y si todo sale mal te quedarás entre dos mundos encerrado, ni muerte ni vida, la inherencia absoluta. No obstante si hallas la salida, todo sacrificio habrá valido la pena, pero la pérdida de la sensibilidad temporal es un peaje demasiado caro para volver a la vida.
Cinco años llevábamos casados Eider y yo, una eternidad sobradamente corta. Éramos jóvenes, queríamos comernos el mundo a besos, pero el mundo nos engulló a balazos, nos trituró, y sólo quedé yo... Ahí estaba sosteniendo el último hilo de su vida, intentando que no se partiera, pero la bala atravesó su núcleo y a los pocos minutos, la cuerda partió. Me lamenté profundamente de haber sido el único superviviente en aquella plaza. Estaba solo, era un niño huérfano cuya única familia era Eider. 
En vida pedía desconsoladamente que ese dolor fuera sanado, pero cada día crecía y crecía, era como un globo indestructible que aumentaba en tamaño, causándome un daño agudo y longevo. Suplicaba que dejara de sentir, que mi corazón se detuviera en este calvario, rogaba entre lágrimas de azufre que el alma desertara de mi cuerpo, no veía la salida... Pero a la hora de jugar con las pesadillas has de tener cuidado, algunas... pueden hacerse realidad.

¿Sientes el miedo?

Cierta mañana, surcaba un pequeño embalse con mi barca. La niebla cubría las aguas y una extraña calma se apoderaba de ese pantano. Al sonido de "rrok-rrok" un cuervo avisaba, en esa atmósfera siniestra. Venía hacia mi a una velocidad agresiva, remé y remé intentando embarcar en cualquier orilla pero no veía nada, la niebla cada vez era más espesa, hasta el punto de que ni yo mismo podía ver mi cuerpo. El cuervo danzaba rápido a mi alrededor, intentaba esquivarlo escuchando su aleteo furioso, incluso podía percibir el corte del aire con su afilado pico negro. El cuervo se ausentó y empecé a escuchar como un ejército de cuervos llenos de cólera se dirigían a mi. De nada valía ya remar y fue la última vez que sentí miedo. Aquellas aves me sacaron de la barca y me empujaron al fondo del pantano entre el lodo me quedé atrapado. Entonces un sonido espeluznante rompió en la raíz de esas aguas, con tanta fuerza que fui liberado del légamo y ascendido de nuevo, mientras iba subiendo, sentía como si algo hubiera sido usurpado de mi cuerpo, como si me hubieran abierto de arriba abajo y vaciado. Miré al fondo y un cristal desprendía una luz poderosa en su interior, un cristal oculto en el lodo cuyos destellos pasaban desapercibidos para cualquier mortal.
Allí se quedó mi alma, comprendí que mis súplicas dañinas habían hallado respuesta. Nadé hasta la orilla pues la niebla había desaparecido, notaba pinchazos en mi espalda, exacto plumas negras, el iris de mis ojos era negro y mi corazón yació por mucho tiempo en una balsa de aceite.
No sé quién soy, no recuerdo nada, pero sabía en qué lugar me encontraba, en el centro de mis pesadillas, la salida oculta, un mundo entre los dos mundos. Acababa de pagar mi tributo, renunciar a todo por conseguir todo, era peligroso, y en cierta manera ¿Si ya estaba perdido antes, cuál era la razón para perderse más todavía? No podía aguantar el dolor y la sensación de desorientación, pero ahora no siento nada, estoy perdido pero no siento tal cosa. He soñado demasiado con la utopía y ahora vivo una quimera en vida. 
Sabía donde estaba el camino de vuelta, sabía que podía recuperar mi anterior vida en cualquier momento, pero decidí enterrar mi ánima en lo más hondo e impenetrable, en el núcleo de la tierra, para jamás hallarla. Un corazón despierto es capaz de llenar ese vacío con un alma nueva, pero necesita despertar, sin embargo el sueño de un corazón puede dar lugar a la eternidad y dejarte perpetuamente olvidado a cargo de reconciliar dos mundos opuestos.

Osado ¿verdad? 
 Esta es mi historia, rrok-rrok.



Fdo. Cuervo Blanco








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