Los Cuervos

Cuando la luz cede a la oscuridad, cuando el mundo se sumerge en un profundo sueño, allí están. Lunáticos, enfermos buscando su medicina, buscando su liberación, el momento en el que aquella bestia interior salga a divertirse. Lugar donde las pesadillas cobran vida, donde las sonrisas son el mayor miedo de los niños. Dormir no es seguro, pues la noche otorga demasiado tiempo a la oscura y perversa mente de los ciudadanos. ¿Qué ocurrió?

Inglaterra, 2036, bienvenidos a la era "Zero Total". 
El mundo empezó a corromperse, aquellos políticos que quisieron cambiar las cosas fueron asesinados por sus competencias aliadas entre ellas. El paro aumentó hasta un 75% en todo el mundo, los ricos eran mas ricos y los pobres morían de hambre, de enfermedades que no podían ser sanadas por su coste. La delincuencia aumentó considerablemente, tanto que superó el porcentaje de personas en paro. Aquellos que gobernaban sólo miraban por su interés, tan egoístas y con leyes tan antinaturales que asustaban. Ante aquella situación, la tan dañada y oscura ONU creó un mandato para cada rincón del mundo por minúsculo que fuera. Creyendo que la delincuencia se alimentaba en la noche, impusieron un toque de queda... pero eso no fue lo peor, a los 5 minutos del toque de queda una neblina verde oscura invadiría las calles en la noche, una neblina compuesta por Ricina y Ántrax que causa la muerte instantánea a aquel merodeador en las calles. 
La gente salía a las calles para manifestarse, armas, cuchillos, machetes, bates, todo lo que tenían en sus casas lo sacaban a las calles, no tenían miedo, vivían en un régimen extremadamente totalitario y cruel. Eran muchos, muchos pobres con ganas pero sin fuerzas. Los soldados eran pocos pero estaban altamente preparados para esas situaciones, entrenados para reservar la humanidad en esos momentos, perros, fieras de un circo, manejados por los gobernantes, creados para no tener conciencia, para matar a aquel que se oponga al régimen. Aquellos gobernantes mandaron inyectar a cada soldado el virus conocido comúnmente como "Rabia". Daba miedo mirarles a la cara, parecía que quisieran matar a todos, desafiantes apretaban los dientes mientras daban esos gritos de dolor. Sus ojos exponían al mundo el odio, el rencor, aquella bestia que cada ser humano lleva dentro, el lado oscuro del cielo. Aquella inyección los cegaba, de tal manera que mataron a miles de inocentes, miles de niños, madres, padres, personas mayores, todos les temían, pues ¿cómo se hace frente a unos hombres cuyo miedo ha sido arrebatado? 
Aniquilación, muerte, injusticia, el mundo estaba compuesto en esa época por seis mil millones de personas, de las cuales ciento cincuenta y seis mil eran millonarios, una cifra que ascendía día a día, mientras que las personas de clase baja iba muriendo. El plan era simple y atroz, los gobernantes de todo el mundo junto con la ONU ante la rebeldía del pueblo, decidieron asesinar a todo el pueblo, un mundo solo para ricos... y asesinos, calcularon que serían unos doscientos setenta mil ricos y asesinos en el mundo, a partir de ahí crearían una nueva era, la era "Zero Total" o como el pueblo lo llamaba "La ceguera diurna". Manos a la obra empezaron a hacer una persecución a todo hombre, mujer, niño y anciano para fusilarlo de cara al profundo mar, el gran cementerio. En tan solo tres años bajó de seis mil millones a cinco mil millones de personas en el mundo, aniquilaban sin parar, la gente no se podía defender ya, no había esperanza y era cuestión de tiempo que aquel mandato llegara a su fin, una renovación decían, un caos respondían los más valientes, una guerra perdida. Pasaron los años... quedaban dos mil millones de personas, el resto, sumergidos en las aguas del océano, un océano de color rojizo debido a la abundante sangre desprendida, el líquido que da vida en un insensible mar...
Los cuervos aparecían a todas horas para limpiar las calles y restos de los que no fueron fusilados, de los que lucharon hasta el final, calles inundadas de rojo, lluvias ácidas y sangrientas... El hombre bueno yacía bajo el mar, en el hogar de un cuervo... Pero entonces...
Habitantes en la oscuridad, compartimos hogar con los cuervos. Han pasado muchos años, ya no somos niños, vimos morir a todo ser querido, vimos su odio y rencor en sus ojos, aquella rabia nunca nos dio miedo, mirábamos ocultos sus ojos, aprendimos a sacar esa bestia interior, aquel lado oscuro del hombre, un lugar donde el miedo no tiene cabida, allí, la fábrica de las pesadillas, la gracia de la locura, lunática y aterradora, valiente y perturbadora, enferma y sanadora. Aprendimos a sacar ese lado oscuro para aquellos que intentaron destruirnos, entrenamos con esfuerzo, habilidades físicas y mentales. Capaces de sacar esa bestia controlandola a nuestro antojo, guardándola cuando la paz residía en nuestro interior. No somos prototipos de nada ni de nadie, no hemos sido creados para matar, hemos sido creados para defender, defender al indefenso, destruir al malhechor, restaurar el mundo, otra vez. Creamos escuela allá donde vamos, creando un gran ejército. No somos héroes, somos anti-héroes, nadie nos dice lo que debemos hacer, somos desobedientes, inteligentes y lunáticamente humanos. Somos los mejores amigos de aquellos que nos aman, pero también podemos ser la peor pesadilla de aquel que intente traicionarnos. Somos luz en un mundo granate, venimos a devolver al mundo la esperanza, somos más y más fuertes, no necesitamos inyecciones pues nuestra rabia ya corre por nuestras venas, no necesitamos mirar con odio, ni apretar los dientes, no perdemos fuerza de esa forma. No tenemos miedo, luchamos con conciencia y nos regocijamos en ello, pues damos grandes pasos. Sabemos devolverles el miedo a aquellos que lo han perdido, si ellos miran con odio nosotros miramos con orgullo, si aprietan los dientes, sonreímos como nunca, si sienten rabia nosotros estamos en paz, sangre fría. 
Un cuervo es capaz de imitar una gran cantidad de sonidos y actitudes, celebran funerales pues sienten pena, son de los pocos animales que juegan por placer, inteligentes, fríos y calculadores, se adaptan a cualquier circunstancia, previenen y se anticipan, observadores se podría decir. De todo aquello aprendimos, su grito se convirtió en nuestro grito profundo y cavernoso, su característico crascitar: <<rrok-rrok>>
La luz caía, la neblina aparecía y la esperanza desaparecía, pero aquellos personajes montados en un skate, mezcla de locura y valentía. Vestidos con vaqueros negros y sudaderas negras, capucha y máscaras de gas, decorados con plumas de cuervos, y aquellas máscaras personalizadas con pinturas de grandes y alargadas sonrisas. Cuervos, se hacían llamar, habitantes de las cuevas que salían en la noche para revertir aquella situación, armados hasta los dientes sembraron el miedo poco a poco, devolviendo la humanidad a aquellos soldados rabiosos, contemplando como la muerte estaba vestida de su mejor sonrisa. El arte de la imitación, la intuición y anticipación fueron bases para ser implacables. Cada vez se unían más a ellos, un ejército, una escuela, bestias en la oscuridad. Ganaban terreno rápidamente, pues la ciencia nunca podrá oponerse a la naturaleza, a la natural humanidad. Comida, agua, las necesidades primarias fueron devueltas, un rayo de esperanza eran aquellos valientes lunáticos. El mar recuperó aquel azul intenso, las calles limpias y seguras, desapareció aquella niebla, la tierra estaba siendo construida de cero, invirtiendo el proceso de aquellos gobernantes hacia el buen camino. ¿Qué sería de aquellos ricos y asesinos, de esas doscientas setenta mil personas? Los cuervos son capaces de dirigir a otros animales para que trabajen para ellos, por ejemplo llamando a los lobos y a los coyotes al lugar de una carroña. Los cánidos abren entonces la carroña, lo que la hace más accesible a los cuervos. Aquellas personas no murieron, fueron dirigidas por "Los Cuervos" para reconstruir la tierra. Lo perdieron todo y su castigo es vivir cada día con el pasado pisándoles los talones.
El sol volvió a salir, la oscuridad devolvió la luz, el mundo se sumergió en un coma profundo y relajado, un sueño del que nadie quería despertar. Los Cuervos fuimos olvidados al amanecer, pero seguimos estando ahí, para defender al pueblo, para sembrar la justicia y el terror al traidor, mientras sigamos aquí no habrá lugar para el malvado, atentos observamos y esperamos en nuestras cuevas, "rrok-rrok" hermanos.



Fdo. Cuervo Blanco


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